sábado, 1 de noviembre de 2025

Homenaje asalvatore Quasimoso


 


Salvatore resucita

voz de piedra, humor de campana rota

 

Me desperté.

No por milagro,

sino porque alguien dejó abierta la puerta del invierno

y entró el olor a sopa.

 

No tengo nombre nuevo.

Sigo siendo Salvatore,

el que se cayó de todos los altares

y aprendió a rezar con los codos.

 

Mi cuerpo cruje como biblioteca incendiada,

pero mis dientes están intactos.

Eso basta para reír.

 

La muerte fue aburrida.

Mucho silencio, poca trama.

Volví porque me faltaba el chisme,

el pan,

y el ruido de las palomas que insultan en latín.

 

No esperen belleza.

Traigo solo esto:

una voz que se ríe de sí misma

y un dedo que señala el cielo

como quien dice:

“¡Eh! ¡Se te cayó un ángel!”


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