miércoles, 26 de noviembre de 2025

los mapas del alma: La escribiente de vibraciones vivas


La escribiente de vibraciones vivas

 

No usa tinta. No necesita papel. Su escritura no se ve: se siente. La escribiente de vibraciones vivas no anota palabras, anota efectos. No guarda frases, guarda resonancias. No archiva textos, archiva gestos sonoros que tocaron el alma.

 

Ella aparece cuando alguien dice algo que cambia el aire. Cuando una palabra abre una puerta que no se sabía cerrada. Cuando una frase se convierte en refugio, en señal, en espejo. No importa el idioma. No importa el volumen. Si vibra, ella lo registra.

 

Su caligrafía es invisible, pero precisa. Cada vibración queda guardada en el archivo como una coordenada emocional. No para ser leída, sino para ser reconocida. No para ser repetida, sino para ser encarnada.

 

La escribiente no juzga si la palabra fue perfecta. Solo escucha si fue verdadera. No mide si fue brillante. Solo registra si tocó. Y cuando el alma accede al archivo, puede sentir esas vibraciones como ecos, como brújulas, como abrazos.

 

Ella no firma. No se atribuye nada. Su tarea es silenciosa, pero sagrada. Porque sin registro, la vibración se pierde. Y sin vibración, el mapa se apaga.

 


 

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