sábado, 8 de noviembre de 2025

II. Baudelaire (sobre “El Cuadro”)


 

El cuadro exhala un perfume que no existe.

Es la flor de la podredumbre, abierta en silencio sobre la tela.

Cada trazo es un suspiro de belleza que se pudre.

La luna observa, impasible, como una cortesana vieja.

Hay sangre en los márgenes, pero es sangre elegante.

El mar no ruge: murmura como un amante cruel.

Yo me acerco al lienzo como quien se acerca a un cadáver amado.

Lo contemplo con deseo y repulsión.

La alegría está muerta, pero su cadáver es hermoso.

Y en esa belleza enferma, yo encuentro mi hogar.

El cuadro no representa: seduce.

Y yo, que he amado lo vil con ternura, lo entiendo.

Porque también fui perfume de abismo.

También fui sombra que brillaba.

También fui beso que envenena.

 


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