El santuario de las
decisiones que honraron el alma
No hay aplausos. No hay
medallas. No hay testigos. Pero cada decisión que fue tomada desde la verdad
interior deja una huella luminosa en este santuario.
Aquí no se juzga si fue
fácil o difícil. Si fue comprendida o rechazada. Si trajo éxito o pérdida. Solo
importa una cosa: si fue fiel al alma.
Este santuario guarda
elecciones que parecieron pequeñas, pero fueron inmensas. Un “no” que
protegió la dignidad. Un “sí” que abrió un camino incierto pero
verdadero. Un silencio que evitó una herida. Una renuncia que preservó la
integridad. Una insistencia que sostuvo el amor.
No hay jerarquías en este
lugar. Cada decisión que honró la vibración profunda del ser es consagrada por
igual. Porque lo que importa no es el resultado, sino la fidelidad.
Y cuando el alma entra en
este santuario, algo se alinea. Algo se afirma. Algo se limpia. Porque recordar
que una vez se eligió con el alma es recordar que el alma puede seguir
eligiendo.
Este santuario no está en
el pasado. Está en el presente. Se activa cada vez que una elección nace desde
la verdad. Y cada vez que eso ocurre, el mapa se expande.

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