lunes, 10 de noviembre de 2025

TERMINAR


 

Terminar la secuencia. Ver pasar la vida, esa charada disfrazada de cortejo fúnebre acompañando el cadáver en quien nos transformamos cada día cuanto tentamos a la sonrisa en medio de un océano de hipocresía.

 Un carnaval donde las máscaras propias y ajenas esconcen los rostros de la desidia. La verdad se oculta detrás de la mirada yerta: vacía

 Terminar la secuencia de la vida, este circo de penas y condenas donde los alegatos se extinguen y la sentencia se apresura: “ser víctima inocente o cruel victimario” … Decisión inquietante: “ir al cielo o al infierno”. Morada eterna.

 Carrusel enloquecido de pasiones desbocadas donde todo vale y la nada te envicia en la indolencia. Estamos condenados a beber el veneno de las serpientes consagradas al Dios de los Abismos al que rendimos pleitesías la maldad parece un privilegio.

 Terminar la secuencia de la vida. Desterrar arrebatos, impulsos desvaríos…

 Una campana suena en el burdel del Diablo. El condenado grita en espeluznante silencio: - “Dónde está Dios, donde esta- “

 Ocupado (en su indolencia de Dios abúlico o divertido, mirando orgias, el fuego, sembradíos muerte) De pronto se escucha un veredicto:

- “Culpable. Por blasfemo culpable”

 Una vez mas la pena llega tarde.

El reo fue asesinado

 


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