martes, 23 de diciembre de 2025

Catedral de San Patricio, Dublín (Irlanda)

 


Relato en la Catedral de San Patricio, Dublín (Irlanda)

 

Las campanas de la catedral repican en la tarde de marzo. Afuera, la ciudad se tiñe de verde: tréboles en los sombreros, gaitas que atraviesan las calles, niños pintados con dragones celtas. Dentro, la piedra antigua guarda un silencio solemne.

 

Un grupo de peregrinos entra con velas encendidas. Entre ellos, tus amigos irlandeses. Se acercan al pozo donde, según la tradición, San Patricio bautizó a los primeros conversos. Allí dejan una ofrenda: un ramo de tréboles frescos, símbolo de unidad.

 

El coro comienza a cantar un himno en gaélico. La voz se eleva hasta las bóvedas góticas, y por un instante, la catedral se convierte en un puente entre siglos: el santo que sembró esperanza, los fieles que hoy celebran, y los visitantes que llegan desde lejos para compartir la luz.

 

En ese momento, lo relevante no es la piedra ni la fecha, sino la comunión de culturas: Irlanda abre su corazón, y quienes llegan de otros continentes se reconocen en la misma búsqueda de paz.




Que el verde del trébol ilumine la memoria, que las campanas de San Patricio unan las voces, y que Irlanda y el mundo celebren juntos la esperanza.   

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