En la
Catedral de La Plata
La catedral
gótica, con sus torres que apuntan al cielo, se llena de voces juveniles. Es sencillamente impresionante. Sus vitrales coloridos. En el centro de una ciudad de diagonales. El
frío de la piedra se disuelve en el calor del canto. Los villancicos se mezclan
con guitarras criollas y hasta algún bombo legüero, creando un puente entre
tradición europea y raíz argentina. Es un momento único: la Navidad se vuelve
mestiza, luminosa, con sabor a tierra y cielo.

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