martes, 16 de diciembre de 2025

EL FAROLERO DEL INVIERNO

 


EL FAROLERO DEL INVIERNO

 

En las noches más largas del año, cuando el frío se adueña de las calles, aparece un hombre que nadie recuerda haber visto llegar. Porta un farol de cobre bruñido, y dentro arde una llama que nunca se apaga.


El farolero camina despacio, marcando con su luz los umbrales de las casas. No habla, pero deja en cada puerta una sombra distinta: a veces la silueta de un lobo protector, otras la figura de un niño que juega, otras la forma de una estrella que parece palpitar.

 

Quienes despiertan antes del amanecer encuentran esas sombras impresas en el suelo, como huellas de un sueño compartido. El viento las borra al despuntar el sol, pero durante el día los habitantes sienten un extraño alivio, como si hubieran recibido un don invisible.

 

Se dice que el farolero es un espíritu antiguo, condenado a vagar cada invierno por haber apagado una hoguera sagrada en tiempos remotos. Su penitencia es encender, año tras año, la llama de la esperanza en los hogares.

 

El hechizo no se romperá mientras alguien, en la víspera de Año Nuevo, encienda una vela y pronuncie en silencio el nombre del farolero.

 



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