domingo, 24 de enero de 2016

DONDE GUARDO MIS MEMORIAS



En esta cama heredada, descansaron mis padres a los que sucedí, en ella columpiaron sus sueños y se estremecieron por inquietantes pesadillas, se embrollaron más de una vez en las sabanas, agitándolas  de pasión o desvelo.

Esta cama hoy cobija mis sueños, abrazo mi almohada, en su funda oculto un tesoro, un secreto, un sobre, mientras se mecen mis ilusiones, el aroma varonil de tu perfume me narcotiza envolviéndome en alucinaciones. Esa carta, esos poemas de amor, postales de ese amanecer rojizo, donde el oleaje del mar, fue la música donde danzamos en nuestras irrealidades. En ese soñar  estar juntos.
Música que regresa  a mis oídos, la alquimia renace cuando duermo, dos estrellas brillan en mis manos, las que pusiste para que iluminaran mis quimeras y las noches más oscuras. La cavidad celestial en mi techo centellante. Nuestras miradas al cielo; el arrobado instante del encuentro, la sonrisa, nuestro cálido aliento y un beso.  El silencio perturbado sólo por  latidos.
Mi erario personal más preciado, está oculto en esta cama, memorias vanas, recuerdos que se desvanecen a lo lejos. Angustia nacida de haber perdido  lo  amado en otro tiempo; la desazón que me da no escuchar cada noche ese dulce -“hasta mañana”-.

Alejandra Arqués Arranz

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