viernes, 28 de octubre de 2016

HE PERDIDO


la mirada ante la inmensidad
de este oleaje, y de este mar bravío
viviendo entre luces y sombras.
Y, bajo este manto ceniciento
de pie sobre una fría roca
desnuda y minúscula mujer
un granito de arena
una Eva Cósmica, soy

Parada frente a portentos
como el mar, el cielo y la naturaleza.
Permito que me despeine el viento
que me sacuda el cuerpo
que haga flotar mi pollera.
Cierro mis ojos terrenales
sólo para fijar mis pensamientos

Punzante agonía en cada fibra
las olas se balancean como péndulos
como arcos oscilantes.


El olvido acosa a mi mente cavilosa
mientras escudriña y busca.

Mientras espero sin esperanza
espero  ese rayo de sol
anhelo caliente la piel de mi alma
estática como estatua espero
en un intento de quietud.

Espero por un milagro,
espero sin saber reconocerlo.

Yo,  conocí los milagros
y   viví rodeada de milagros,
hasta que el mal se cruzó en mi camino,
hasta que la tracción me golpeó,
me noqueó sin darme cuenta.

Igual  no logro arrancar de mi esencia
esta añoranza rancia é invasiva
nostalgiosa la voz ancestral que escucho
murmurándome que descubra
qué no me rinda...

Siento la verdad en sus palabras
y no dejo de añorar lo perdido
pero no tengo conciencia clara
ni la remota noción de lo que busco
ni de lo que debo descubrir
si supiera con certeza, qué he perdido


¿Habré perdido el paraíso?

Me subleva no recordarlo
contiendas sangrientas entabló conmigo 
debo reencontrarme con mi centro

Debo  alcanzar la paz deseada...

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