en las
tenebrosas celdas
en las penumbras
del alma
ahí, donde se
ocultan los miedos
los temores más
atroces
abismos
infernales
oscuros y
profundos
laberintos de
terrores íntimos
donde la voz se
ahoga con el llanto
y la
desesperación de no tenerte
me arrastran al
autismo
ahí, donde
oculto
los pensamientos
más aciagos
de aquellos a
los que quiero
ahí, exactamente
ahí
se desvanece la
esperanza
donde busco el
destino
mirando un cielo
bruno
ahí, están los
fantasmas
que perturban mí
espíritu
-deseo de rozar
a los sin cuerpo-
residir donde
descansan
ahí, donde se
entierran los olvidos
donde la luz
jamás llega
tampoco su
tibieza
ahí, me
encuentro algunas noches
insomne
sumergida en rancios sueños
más de una vez
anulo los temores
más de una vez
quiero quedarme
mortajas blancas
envuelven
bailarines sin
facciones
ataúdes
satinados aprisionan
son parte de la
danza de la muerte
del óbito frío
de lo inmutable
es ahí donde
perdemos la memoria
-¡dónde la
oscuridad impera!-
donde no hay
sonidos
donde desvanecen
sueños
donde la
frialdad es marmórea
donde la nada
nos invade
donde ya no
imperan los sentidos
ahí,
exactamente, ahí
-se congelan las
entrañas-
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